martes, 20 de marzo de 2012

Cristina

Cristina es un nombre propio femenino de origen latino. Deriva de christianus, cristiano, discípulo de Cristo. También puede interpretarse como La que tiene el pensamiento claro o la que sigue a Dios.
El nombre de Cristina alcanza su apogeo en la Edad Media impulsado por las Cruzadas. Destacan reinas de los países escandinavos, una de las cuales, Cristina de Suecia, fue inmortalizada por Greta Garbo. Sin embargo, no se hace popular hasta la primera mitad del siglo XX. Como celebridad actual podemos citar a Christina Onassis o a la cantante Christina Aguilera.






Christina Onassis (Χριστίνα Ωνάση) (* Nueva York, 11 de diciembre de 1950 – † Tortuguitas, Provincia de Buenos Aires, 19 de noviembre de 1988) era la hija del magnate griego Aristóteles Onassis y Athina Livanos. Tuvo un hermano, Alexander, que murió en un accidente de aviación en 1973.

Nacida en la ciudad de Nueva York, no era una niña muy agraciada, por lo que a la edad de diecisiete se sometió a una operación de cirugía estética para reducirse la nariz y eliminar las ojeras. Se ganó el apodo de infeliz niña rica, a causa de sus fuertes depresiones bipolares y muchos desencantos sentimentales.
Christina perdió a su familia más cercana en un período de 24 meses; la salud de su padre empezó a deteriorarse después de la muerte de Alexander y su madre se suicidó, algo que Christina intentó hacer en varias ocasiones.
Murió a la edad de 37 años, en una estancia perteneciente a amigos personales en Buenos Aires, Argentina, a causa de un edema agudo de pulmón, mientras se bañaba, aunque los motivos del fallecimiento siguen sin estar del todo claros. Los expertos dicen que su muerte prematura fue provocada por los constantes excesos con las drogas y sus dramáticos cambios de peso. Sus restos yacen en la isla de Skorpios.
El cantante español Joaquín Sabina le dedicó la canción Pobre Cristina, incluida en su disco Mentiras Piadosas (1990). La canción surgió a raíz de unas declaraciones que ella había realizado para una revista afirmando que “Era tan pobre que solo tenía dinero”.

Joaquín Ramón Martínez Sabina (Úbeda, Jaén, 12 de febrero de 1949), conocido artísticamente como Joaquín Sabina , es un cantautor y poeta español de éxito en países de habla hispana.

En el año 2001 sufre un leve infarto cerebral que pone su vida en peligro, recuperándose unas pocas semanas más tarde sin sufrir secuelas físicas, pero el incidente influye en su forma de pensar y se ve inmerso en una importante depresión, lo que le lleva a abandonar los escenarios un tiempo.

En 1968 se traslada a Granada para matricularse en la Facultad de Filosofía y Letras e iniciar los estudios de Filología Románica en la universidad, donde descubre la poesía de César Vallejo y Pablo Neruda. Joaquín vive por primera vez con una mujer, llamada Lesley, y prepara su tesis de español en Granada.
Su ideología izquierdista le lleva a relacionarse con movimientos contrarios al régimen franquista. Este mismo año, cuando se proclamó el estado de excepción, su padre, que era comisario en Úbeda, recibe la orden de detenerle por pertenecer al Partido Comunista. En 1970 comienza a colaborar con la revista Poesía 70, compartiendo páginas con Luís Eduardo Aute o Carlos Cano. En ese mismo año lanza un cóctel molotov contra una sucursal del Banco de Bilbao en Granada en protesta por el Proceso de Burgos, por lo que se ve obligado a exiliarse. Al carecer de pasaporte, no puede salir inmediatamente del país, pero conoce a un hombre, Mariano Zugasti, que, tras unas horas de conversación, le cede el suyo. Con nombre falso y acompañado de Lesley, Joaquín pone rumbo a París, donde pasa unos meses, y posteriormente a Londres, donde vive como squatter (okupa) durante su primer año de estancia en la ciudad.
Joaquín necesita sensibilizar a la opinión pública a su favor, ya que de otro modo sería repatriado a España, y gracias a Lesley consigue que le hagan una entrevista y presente su caso. El Daily Mirror publica que a su vuelta a España le espera la pena de muerte, hecho totalmente falso, pero consigue que las autoridades británicas le concedan el asilo político por un año. Se marcha a Edimburgo con Lesley a vivir. Permanecen allí cuatro meses, tras los cuales Joaquín se marcha a Londres abandonando a Lesley.
Durante esta época su casa en Londres sirvió de refugio para miembros de la banda terrorista ETA. Años más tarde afirma que «la izquierda de este país, a la que orgullosamente he pertenecido y creo pertenecer, debiera pedir perdón por su complacencia con ETA durante muchos años. Yo tuve en mi casa de Londres a etarras y era una gente encantadora que pegaban tiros en la nuca, algo que nos parecía una cosa muy graciosa en ese momento. Y hacíamos mal. Porque de aquellos polvos vinieron estos lodos. Así que creo que la gente como yo está muy obligada a estar muy en contra y a decirlo muy alto por cobardes que sean. Y yo lo soy como el que más».
Se gana la vida cantando en el metro, restaurantes y cafés. En 1974, según una de las anécdotas más divulgadas sobre su vida, actuó ante George Harrison, quien celebraba su cumpleaños en un bar local llamado Mexicano-Taverna. El ex-beatle le dio una propina de cinco libras. En algunas entrevistas, Sabina ha relatado que conserva el billete que recibió como un tesoro, pero en otras ocasiones ha desmentido su propia leyenda («En realidad, me los bebí aquella misma noche»).

En el año 1977, tras la muerte de Franco, consigue volver a España gracias a un pasaporte legal facilitado por Fernando Morán, cónsul español en Londres. En ese mismo año se casa con Lucía Inés Correa Martínez, una argentina que había conocido en Londres durante su exilio. La ceremonia de enlace, eclesiástica, tuvo lugar el 18 de febrero de 1977. En realidad el enlace se celebra con el único propósito de conseguir el «pase de pernocta» (permiso que se da a los soldados para que puedan ir a dormir a sus casas) en el cuartel durante el servicio militar que se había visto obligado a cumplir en Mallorca tras regresar a España. Esto le permite trabajar en el diario local Última hora.
Pese a su enfermedad, compone e interpreta en 2003 «Motivos de un sentimiento», el himno del Centenario del club de fútbol del que siempre se ha declarado fiel seguidor, el Atlético de Madrid. Joaquín se encarga de dar forma a tres versiones diferentes: una instrumental, otra al estilo de las chirigotas gaditanas y una última con sonido rock and roll, ésta última cantada por Rosendo Mercado, Germán «Mono» Burgos, Lichis (cantante de La cabra mecánica), Josele Santiago y él mismo.

Las letras de Sabina poseen un amplio abanico de influencias que van desde los cancioneros del rock anglosajón (con autores como Bob Dylan, Leonard Cohen o The Rolling Stones), el folklore latinoamericano (Atahualpa Yupanqui, Violeta Parra, Chavela Vargas o José Alfredo Jiménez), el tango (Enrique Santos Discépolo, Homero Manzi o Celedonio Flores) la canción melódica francesa (Georges Brassens) hasta poetas vanguardistas hispanoamericanos como César Vallejo, pero también Pablo Neruda, Raúl González Tuñón y Rafael Alberti o a los autores que forman parte de sus primeras lecturas en su juventud, que incluyen a Fray Luis de León y Jorge Manrique así como el resto de la tradición española. Por encima de todos estos autores destaca la influencia de Francisco de Quevedo, aunque Sabina insiste en que su máxima influencia entre la poesía española contemporánea es la de Jaime Gil de Biedma.
Sabina ha manifestado en reiteradas ocasiones una admiración por su compatriota la cantante María Dolores Pradera , en 2007 ambos grabaron la canción "Jugar por Jugar" , para el disco "En buena compañía" , de dicha artista. Esto los llevaría a fortalecer una amistad antigua que Sabina transcribe a las "Coplas a María Dolores Pradera" que le dedica en la presentación de "Canciones del alma" que graba Pradera en 2003.

El sarcasmo, la ironía y la mordacidad son determinantes en la obra poética de Joaquín Sabina, al igual que en la de Quevedo. Las características formales básicas del Barroco se hacen patentes asimismo en sus letras: léxico de uso corriente entrelazado con cultismos, equívocos, retruécanos, contrastes y antítesis, así como construcciones anafóricas y enumeraciones asindéticas, estos últimos, las dos principales figuras retóricas de la poética sabiniana
Los discos más significativos y en los que Sabina alcanza la cumbre de su barroquismo por encima del resto de álbumes de su discografía son Yo, mí, me, contigo y 19 días y 500 noches. En el primero, porque ha sido atiborrado deliberadamente de lecturas en clave, y en el segundo, porque se muestra definitivamente dueño de sus recursos de estilo. El título del disco Yo, mí, me, contigo revela la metatextualidad consciente de Sabina, ya que enuncia los pronombres de primera persona del singular y los contrapone con uno de la segunda persona en último lugar, elaborando un juego de palabras. Se pueden establecer comparaciones entre la canción «Contigo» de Sabina y el soneto de Quevedo «Amor constante más allá de la muerte».
Fuentes: Youtube,  Wikipedia e imágenes de Internet.

1 comentarios:

  1. Me parece muy interesante y original tu blog Libélula, me he leído casi todos los posts aunque no te he comentado, estoy a la espectativa de saber que significa mi nombre y no es Lisebe (que es un acrónimo de mi nombre y apellidos).

    Te felicito y te sigo.

    Un beso

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